El Aeropuerto de la Ciudad de México fue testigo de un incómodo y emotivo momento cuando Ana Araujo, expareja del actor Pablo Lyle, llegó acompañada de sus hijos Mauro y Arantza.

Los medios de comunicación, al percatarse de su presencia, se abalanzaron sobre ellos con preguntas insistentes sobre la situación actual de Lyle, quien se encuentra encarcelado en Florida.

VIDEO AL FINAL DEL CONTENIDO DEL HIJO DE PABLO LLORANDO ANTE LAS CAMARAS 

Araujo, visiblemente afectada, intentó avanzar entre los reporteros, pero la presión de las preguntas y las cámaras resultó abrumadora.

En un tono firme pero angustiado, declaró que ya no quería hablar más sobre Pablo Lyle ni sobre su familia.

Subrayando que la situación estaba afectando negativamente a sus hijos, generándoles mucha ansiedad.

En un esfuerzo por proteger a sus hijos, Ana se detuvo y, con evidente preocupación, pidió a los reporteros que los dejaran en paz.

Explicó que sus hijos se sentían acosados y maltratados por la situación, y que era importante para ella cuidar de su bienestar emocional en medio de la tormenta mediática.

El momento culminó cuando Mauro, su hijo menor, no pudo contener las lágrimas y se refugió en el hombro de su madre.

Lo que llevó a Ana a implorar a los medios que mostraran compasión y los dejaran tranquilos.

Con la voz entrecortada, expresó su desesperación al ver a su hijo llorando, pidiendo una vez más que fueran amables y respetuosos.

El incidente ocurre en un contexto complicado para la familia, ya que Pablo Lyle enfrenta una sentencia de cinco años de prisi0n y ocho de libertad condicional.

Tras ser declarado culpable de h0micidi0 involuntario en el caso de Juan Ricardo Hernández, un hombre de 63 años que falleci0 tras un altercado con Lyle en Miami.

Recientemente, se dio a conocer que Lyle se ha quedado sin abogados, lo que ha complicado su proceso de apelación.

El actor no pudo asistir a una audiencia virtual debido a la falta de representación legal, lo que añade más incertidumbre a su situación.

Este difícil momento para la familia Lyle se ve reflejado en el incidente en el aeropuerto, donde el acoso mediático ha tenido un claro impacto emocional en Ana Araujo y sus hijos.

La escena subraya el desafío de enfrentar una crisis personal bajo la mirada constante de los medios de comunicación, especialmente cuando se trata de proteger a los más vulnerables.